Ayer el principal reto de las empresas era crear valor para sus accionistas, sin importar demasiado el impacto económico, social y ambiental de sus actividades. Hoy las expectativas sobre su rol en la sociedad están cambiando.
Los consumidores exigen nuevas cualidades, los inversores y accionistas consideran las prácticas sociales y medioambientales como indicador de buen gobierno, la sociedad civil ejerce escrutinios sobre sus actividades y los reguladores empiezan a crear marcos legislativos que incentivan la Responsabilidad Social Empresarial.
Esto crea un nuevo reto: obtener beneficios creando valor económico, medioambiental y social para los accionistas, pero también para la sociedad en su conjunto.
Y para responder a ello, las empresas empiezan a adoptar un nuevo modelo de creación de valor. El Modelo de Gestión de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es un instrumento desarrollado con el objetivo de dar a conocer el concepto, las principales tendencias y herramientas que permitan su adopción en la cultura empresarial.
Es una herramienta para identificar, controlar y mejorar los impactos económicos, sociales y medioambientales significativos de las operaciones de una empresa sobre sus grupos de interés (accionistas, empleados, clientes, proveedores, medio ambiente, comunidad, etc.), los cuales son generados por la gestión de los distintos procesos que componen su cadena de valor.
A diferencia de otros campos como la gestión de calidad o medioambiental, en el ámbito de la RSE aún no existe una norma de referencia que pueda ser utilizada para implantar un sistema de gestión, pero si una multiplicidad de estándares relacionados.
A nivel organizacional, la Norma ISO 26.000 la define como el compromiso que una organización tiene ante los efectos de sus decisiones. Así mismo, menciona que el comportamiento ante los mismos debe ser transparente y ético.
En el mundo existen tres grandes modelos de RSE, como son: los ambientales (protección al medio ambiente), sociales (fomento de valores éticos y sociales) y económicos (valores económicos justos y equilibrados), con los que se busca homogeneizar las prácticas empresariales con sus responsabilidades ante la sociedad. Con lo anterior las organizaciones podrán gozar de un crecimiento económico de una forma sostenible, con acciones que fortalezcan el equilibrio ambiental y desarrollo social.
Ambiental
Las empresas que se comprometen con este modelo, tratan de utilizar materia prima que no contamine, usan material de reciclaje dentro de sus procesos y se involucran con programas de Fundaciones que apoyan la recuperación del paisaje natural y la conservación de flora y fauna como Red de Árboles, que se ocupa de la reforestación y sensibilidad ambiental empresarial.
Social
Las empresas que optan por este modelo de Responsabilidad Social se enfocan en mejorar las condiciones laborales, económicas y sociales de las zonas donde operan sus plantas de producción y además establecen códigos de conducta entre todos los miembros de la organización con el objeto de mantener condiciones laborales justas y un entorno laboral favorable.
Económico
Este modelo se caracteriza por centrar valores económicos justos y equilibrados. Las empresas que lo implementan consiguen relaciones más justas entre todos los eslabones de la cadena del mercado: productores, proveedores y clientes, buscando el equilibrio entre los recursos empleados y la repartición de beneficios.
Beneficios de la implementación de R.S.E. en su empresa
De optar su empresa en patrocinar el accionar de Rotary Club Pergamino pasa de inmediato a formar parte de otras entidades colaboradoras a nivel mundial como: Ashoka, Alianza Mundial para la Educación, Hábitat para la Humanidad, Instituto para la Economía y la Paz, Mediadores sin Fronteras Internacional, Cuerpo de Paz, ShelterBox, Toastmasters, USAID, entre otros.
Además de mejorar:
Reclutamiento y retención de personal
Las personas admiran a las empresas que valoran a sus empleados, además de que en las nuevas generaciones hay una marcada preferencia por aquellas organizaciones con un compromiso social y ambiental, que promueven la multiculturalidad y la diversidad.
Mayor productividad
Se da a través de mejores condiciones para el cliente interno, lo que conduce a mejor retención de talentos y por ende, índices de rotación bajos.
Lealtad de clientes y proveedores
Además de calidad y precio, los clientes o proveedores demandan información de las condiciones de producción y subcontratación, entre otras, por lo que una empresa socialmente responsable tendrá una ventaja importante en este aspecto.
Credibilidad
La empresa que es respetuosa de las personas, comunidades, medio ambiente y la sociedad en su conjunto, proyecta una reputación que genera confianza en los socios comerciales y clientes.
Mayor lealtad del consumidor
La gente admira aquellas empresas que desarrollan proyectos sociales, se preocupan por el medio ambiente e invierten esfuerzos contra la corrupción. Por ello, la responsabilidad social es un factor que garantiza la fidelidad del consumidor final.
Valoración de la imagen y de la marca
Las prácticas de responsabilidad social agregan valor a los negocios y pueden convertirse en un diferenciador para estrategias de negocios.
Mejora la eficiencia energética
Sumarse a iniciativas en favor del medio ambiente trae consigo medidas de eficiencia energética, entre otras iniciativas de disminución de consumo de recursos naturales. Con ello, además de minimizar los impactos negativos en el medio ambiente, generan un ahorro en consumo energético.
No lo dude mas.
Somos Rotary Club Pergamino, somos gente de acción.